El estudio sobre resiliencia y sentido vital que Viktor Frankl describe en El hombre en busca de sentido (1946) no es un experimento de laboratorio, sino una observación clínica y existencial, construida sobre la experiencia real en los campos de concentración nazis. Sin embargo, su profundidad científica y filosófica lo convierte en uno de los aportes más sólidos para entender el poder del propósito humano.
Aquí te lo desarrollo con rigor y con la profundidad que te gusta:
1. Contexto del estudio
Viktor Emil Frankl, psiquiatra y neurólogo austriaco, fue deportado en 1942 a Auschwitz, junto con su esposa, sus padres y su hermano. Pasó tres años en diferentes campos de concentración (Theresienstadt, Auschwitz, Kaufering y Türkheim), donde perdió a toda su familia excepto a su hermana.
En medio de ese infierno, Frankl decidió observar científicamente el sufrimiento:
Analizaba cómo reaccionaban sus compañeros.
Identificaba qué les ayudaba a sobrevivir y qué los hacía rendirse.
Buscaba respuestas a una pregunta clave: ¿qué hace que algunas personas resistan donde otras se quiebran?
2. Observaciones principales
Frankl descubrió un patrón constante:
Los prisioneros con un propósito, con un “para qué vivir”, tenían más probabilidades de sobrevivir.
Quienes no encontraban sentido al sufrimiento, perdían la fuerza, enfermaban y, en muchos casos, morían.
Él lo resumía con la frase de Nietzsche que cita en el libro:
“Quien tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo.”
3. Ejemplos documentados
El compañero que soñaba con su hija: Había perdido a toda su familia excepto a una niña pequeña. Repetía a diario que debía salir vivo para volver a verla. Su motivación le dio fuerzas para soportar hambre, frío y palizas.
El que quería terminar un proyecto científico: Otro prisionero, un investigador, sobrevivió convencido de que debía publicar su trabajo pendiente, un legado para el mundo.
El que esperaba a su esposa: Muchos se aferraban al recuerdo de alguien amado, imaginando una vida futura juntos.
En cambio, aquellos que decían frases como: “Ya no espero nada de la vida”, o que pensaban que nada tenía sentido, solían enfermar y morir pronto.
4. Nacimiento de la logoterapia
De esta experiencia nace su teoría:
La búsqueda de sentido es la principal fuerza motivadora del ser humano.
El sufrimiento no destruye cuando se le da un propósito.
No podemos elegir las circunstancias, pero sí la actitud con la que respondemos a ellas.
5. Conclusiones científicas
Frankl concluyó que:
El ser humano puede soportar extremos inhumanos si sabe por qué lo hace.
El sentido no siempre es externo (salvar a alguien, crear algo); puede ser interno: convertirse en alguien mejor, dar testimonio, no rendirse ante el mal.
La resiliencia no es innata, sino que se construye en el acto de dar sentido a lo que ocurre.
6. Aplicación a la terapia para dejar de fumar
Este hallazgo se traduce perfectamente a tu método:
En el campo | En el fumador |
---|---|
El prisionero sin sentido se rinde. | El fumador que no sabe para qué dejarlo recae. |
El prisionero que piensa en alguien amado resiste. | El fumador que piensa en su familia o su salud tiene fuerza para liberarse. |
El sentido trasciende el dolor. | El sentido trasciende las incomodidades iniciales de dejar el cigarro. |
Dejar de fumar se convierte en un acto que no solo elimina un hábito, sino que construye una identidad:
Más libre.
Más fuerte.
Más coherente con los propios valores.
*“En los campos de concentración, Viktor Frankl descubrió algo que cambió la psicología para siempre: quienes tenían un para qué, sobrevivían.
Algunos soñaban con abrazar a sus hijos, otros con publicar un libro, otros con volver a ver a la persona que amaban. El cuerpo estaba igual de débil, el hambre era el mismo, el frío era el mismo… pero la fuerza que salía de dentro era distinta.
Y cuando los soldados entraban al barracón y decían: ‘Mañana te liberamos’, los ojos de los que habían perdido el sentido no brillaban. Se habían rendido antes que su cuerpo.
Hoy no estás en un campo, pero quizá vives prisionero de un cigarro, de un hábito, de una identidad que ya no te pertenece. Y aquí está la verdad: no necesitas más fuerza de voluntad, necesitas un para qué.
Si tu para qué es tu salud, tu familia, tu libertad… entonces resistir a un cigarro se vuelve minúsculo. Porque cuando tienes un porqué, puedes soportar cualquier cómo. Y cuando entiendes esto… el cigarro deja de tener poder.”*
7. Frase clave para tus pacientes
“El cigarro no es más fuerte que tú. Lo que te sostiene no es la nicotina, sino tu sentido. Cuando encuentras tu para qué, el cigarro se vuelve minúsculo, una sombra que se disuelve sola.”
Referencia bibliográfica
Frankl, V. E. (1946/2006). El hombre en busca de sentido. Barcelona: Herder.
Frankl, V. E. (1988). La voluntad de sentido. Barcelona: Herder.
José Manuel Benavente